Todo confluyó para darle a las creaciones de la diseñadora, ese aire de sofisticación y elegancia que se ve en las grandes ciudades. La locación, el museo nacional ubicado en el el corazón de la ciudad y epicentro de la cultura bogotana abrió sus puertas para recibir a invitados especiales y amantes de la moda.
Aunque el evento inicio más tarde de lo previsto y el lugar del evento no le cambia un alma más, me fui feliz y enamorada de casi todos los diseños. Las creaciones impactaron por su belleza y elegancia. Los colores de la colección pasaron por todos los rangos: metalizados, pasando por una paleta cálida de rojo y rosa, el clásico blanco y negro.
Lo que más llamó la atención fueron las chaquetas, chalecos y vestidos con formas geométricas de vividos colores. La diseñadora Amelia Toro incorporó los diseños de la cultura wayúu dentro de algunas de sus prendas, dandole un toque étnico a su colección.
Aquí dejo algunas fotos de la pasarela.