Hay pocas cosas en la vida que reafirman y elevan el espíritu, una de ellas es dar cabida a nuevas oportunidades, abrazar lo desconocido. Viajar a un nuevo destino es una de las maneras de darle la bienvenida a una nueva oportunidad o tomar decisiones que cambian completamente la vida como la conocemos. La vida es un gran viaje, de repente tenemos un plan de ruta pero no nos sentimos cómodos, no satisface el alma, así que se hace necesaria una corrección o un viraje.
Ese cambio es muy especial porque permite reafirmar nuestra identidad y nuestro poder. Ponerse frente a frente con lo desconocido y abrazarlo sin preocupaciones, creando así una nueva aventura de vida que fortalece el ego, a la vez nos da un sentido de humildad y de conocimiento interior que irradia cada cosa que hacemos y refuerza nuestro ser como ser auténtico.
Es como lo que sucede con las libélulas, estos animales tan pequeños adquieren una luz tornasolada en su cuerpo y pequeñas alas, cuando llegan a su madurez. Así sucede con nosotros los humanos, solo a través de las experiencias que nos hacen crecer, podemos exhibir nuestros verdaderos colores en la vida.
Permite que tu luz se siga intensificando con cada experiencia de vida, no te resistas a vivir algo desconocido. Una de las resistencias al cambio es el miedo a lo desconocido, incluso cuando se trata de viajar. Uno de mis clientes me decía que le encantaría hacer un viaje lejos de Colombia, pero cada vez que le preguntaba que le detenía me daba varias explicaciones, que no tenían que ver con una imposibilidad física o de dinero. Al llegar al fondo de esa situación se dio cuenta que era miedo a enfrentarse a otros escenario.
Cuando nos lanzamos a lo desconocido, hacemos un cambio de vida o nos aventuramos a una nueva experiencia, estamos reconociendo y fortaleciendo nuevos aspectos de nosotros mismos, que a veces creíamos que no teníamos y estaban ahí, pero no éramos consciente de eso. El crear nuevas experiencias nos lleva a confrontarnos la manera en que estamos pidiendo ayuda o si la sabemos recibir, con la perspectiva que tenemos de la vida y cómo esto afecta la manera en que vivimos nuestras experiencias, entre otras cosas. Todo lo que nos lleve a un cambio nos ayuda a fortalecer nuestra luz.