Desde hace un tiempo he querido escribir sobre los colores que nos favorecen. Tener el conocimiento de los colores que realzan tu belleza natural, te da el poder de comprar lo que realmente te queda bien. Lo primero es saber si la tonalidad de la piel es cálida o fría; la primera se refiere a amarillos, verdes o naranjas y algunos azules que puedes ver en el paisaje de un desierto (como los turquesa), en cambio la tonalidad fría se refiere a colores azules, grises, malvas y rojo como el arándano que se ve en tierras muy frías como el ártico.
Para determinar cuál es tu tonalidad es muy importante hacer una prueba de color, alrededor de tu cara pon una tela dorada y luego una plateada, la colocas como si fuera un manto que solo dejará ver tu cara, puedes tomar un vestido o una bufanda de alguno de estos colores para hacer la prueba.
Cuando utilizas el tono que más te luce, tus rasgos se ven más bonitos, la piel se ve más suave, tus ojos brillan, los dientes parecen más blancos, te ves más joven; luces tu belleza. Lo importante es verse bonita de una manera sencilla y evitar algo que no realce nuestros mejores atributos.
